Y de repente nos encontramos presenciando sin anestesia el paso de la vida.
En mi mente están aquellos juegos, todas las tardes andando en bici en el terreno de los abuelos y esas meriendas tan ricas q nos preparaba la abuela, q lindos tiempos eran.
Aunque después también la pasábamos bien, las charlas de vez de en cuando en cada cumpleaños o en algún día especial.
Y así fueron pasando años, y sin q nos demos cuenta todo empezó a cambiar, y la vida así como si nada empieza a querer quitarnos lo mas preciado.
Yo no se como ayudarte, ni siquiera debes saber cuanto te quiero.
Pero supongo q es el paso de los años q bien lo supimos aprovechar, y todo eso bueno tiene un final.
Ojala las palabras positivas enreden al alma, pero realmente no lo hacen, nada puede cambiar las despedidas, y nada puede alejar ese miedo q nos involucra a todos.
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